viernes, 13 de septiembre de 2013

2º puesto del concurso de relatos Wyly Thor

 4 Gin tonic y algo mas
-------------------------------------

El verano estaba transcurriendo tal como lo planeamos. Unos días de sol y playa, en una tranquila localidad costera. Para mi mujer, Ángela, recién cumplidos los 40, eran las vacaciones perfectas, en ese hotel de lujo a orillas del mar. Los días transcurrían rutinariamente….paseos por la playa, nadar, sol, unas cervezas a medio día, y alguna que otra copa en los locales que rodeaban el complejo turístico. Hasta esa mañana que decidimos ir al spa del hotel. Era miércoles, y no había apenas gente. Un matrimonio mayor que se desperezaba el la jacuzzi, unos chicos jóvenes en el baño turco y una pareja, de una edad similar, o eso creía, a la nuestra, que nadaba en la piscina termal.
Después de darnos una ducha, nos dirigimos a la piscina, y al cabo de unos minutos, coincidimos con ellos debajo de unos grandes chorros de agua que caían desde una cascada de roca artificial. Imagino que les ocurriría lo mismo que a nosotros, que llevábamos en el hotel ya casi una semana y apenas hablábamos mas que entre nosotros, así que, rápidamente entablamos conversación. Lo típico…hola...como estais?, Cuanto lleváis por aquí?, etc….Eran María (35 años) y Jorge (39), y ya desde el primer momento, he de reconocer que tenia que hacer verdaderos esfuerzos para evitar estar todo el rato mirándola. Una rubia ( teñida, como ella misma reconocería después) muy atractiva que en nada tenia que envidiar las curvas que generosamente lucia mi mujer.
Quedamos esa noche para tomar algo, y ya de camino a la habitación, mi mujer me sorprendió con ese comentario…. “ ..es muy guapa la mujer de Jorge, verdad?...”. Si…es mona – respondí, intentando no darle importancia, pero ella insistió – “..Vamos…crees que no me di cuenta que no le quitabas ojo? – me dijo sonriendo - …No pensaras que yo….- intente decir , cuando ella me miro y me dijo muy seriamente…”..lo que pienso es que estabas tan absorto mirándola, que ni te diste cuenta que Jorge me estaba desnudando con la mirada...y apuesto lo que quieras – añadió – a que ellos ahora están hablando de lo mismo – dijo lanzándome una mirada picara. Confieso que estuve casi toda la tarde pensando en lo que me había dicho mi mujer, y que, después de cenar, cuando nos dirigíamos al sitio donde habíamos quedado con ellos, no podía disimular cierto nerviosismo.
El local, un típico pub de costa, estaba situado muy cerca del mar, con una amplia terraza donde los grandes pufs , unos veladores, y unas lámparas de parafina le daban un aspecto muy acogedor.
La camarera nos trajo los Gin Tonic que habíamos pedido, y comenzamos a hablar, y, mientras mas esfuerzos hacia por no mirar a María, menos podía evitar posar mis ojos en ese escote y esas nalgas que asomaban de su escueta faldita. Y, recordando lo que me había dicho mi mujer por la mañana, intentaba comprobar si era verdad que Jorge hacia lo propio con Ángela.
Al rato de contarnos cosas algo intrascendentes, y de coincidir todos en que mucho sol y mucha playa, pero que ya nos aburríamos un poco, las dos chicas se levantaron y se fueron al servicio.
Jorge, una vez se fueron, se acerco mas a mi y me dice…”oye, te noto incomodo. Me he dado cuenta de que evitas mirar a María…No te preocupes, no pasa nada, hombre…ya se que esta muy buena. Además, estamos acostumbrados a eso. Nosotros frecuentamos a veces clubs liberales, así que tranquilo. Yo también he estado mirando a tu mujer, espero que no te moleste. No pretendo sea una falta de respeto, sino un simple reconocimiento de su gran belleza.
A decir verdad, me desconcertó un poco esa franqueza, pero a la vez me intrigo….quería seguir hablando de eso cuando llegaron las chicas. “Tu mujer, además de guapa, es simpatiquísima – dijo María - …nos hemos hecho muy amigas en nada, ya ves” .


La noche iba trascurriendo entre las bromas típicas de personas que casi acaban de conocerse, aunque yo ya apenas disimulaba mis miradas hacia María. En un momento dado, como la camarera tenia exceso de trabajo, Jorge había ido a la barra a por otros 4 Gin Tonic, y María se levanto para ayudarle . Mi mujer aprovecho ese momento a solas para acercarse a mi y decirme…”no te vas a creer lo que he hablado con María en el baño”… y yo le respondí…”…si tiene que ver con frecuentar clubs liberales, seguro que me lo creo”. Ella me miro algo extrañada por mi respuesta, y yo le comente lo que me había dicho Jorge cuando ellas se fueron. Casi me pareció adivinar una expresión picara en su rostro, cuando llegaron ellos con las copas. Nos habían visto hablar desde la barra y, nada mas tomar asiento de nuevo, fue María la que inicio la conversación…”Ángela – dijo – me parece que estos dos han hablado también de algo parecido a lo que hemos hablado nosotras en el baño, así que… si no os sentís molestos y queréis comentar algo, lo podemos hacer entre los cuatro, no? “.
Yo mire a Jorge, que parecía estar disfrutando con la situación. Pero al mirar de nuevo a mi mujer, me di cuenta que la mirada picara de antes se estaba convirtiendo en una expresión que yo conozco muy bien…le empezaba a excitar la situación.
Ellos entonces empezaron a contarnos cosas, a hacernos confidencias sobre su forma de entender el sexo, y nosotros a preguntar con la curiosidad de quien siempre ha fantaseado con eso, como una remota posibilidad, y se la tropieza de pronto.
“Nosotros – dijo María – empezamos a ir a un club liberal por curiosidad, por “saber lo que era”, ya me entendéis, y al principio, solo airábamos, sin siquiera hablar con otra gente. Pero poco a poco la curiosidad fue creciendo, al tiempo que nos dábamos cuenta que eso conseguía excitarnos, y que regresábamos a casa deseando dar rienda suelta a nuestra pasión, con un componente nuevo que antes no habíamos experimentado…. mucho morbo. “
De pronto recubrí que mi mujer miraba a María como embobada, y la imaginé pensando que a la primera, me diría que por que no íbamos nosotros algún día.

“Hasta que una noche- continuo María – decidimos dar un paso mas. Cada vez estábamos mas excitados con el tema, y esa noche, aun sin haberlo hablado entre nosotros, mientras dábamos un paseo desde donde dejamos el coche hasta el club, los dos sabíamos que esa noche pasaría algo mas, como así fue.”
“Si, – continuo contándonos Jorge- esa noche, después de haber estado jugueteando un poco en casa mientras nos duchábamos, y después de una romántica cena, estábamos decididos a dejarnos llevar. Esa vez , no nos quedamos en las zonas de “charla” del club, como otras veces, sino que nos adentramos en las zonas mas privadas.
Después de una ducha, dejamos nuestras cosas en las taquillas, y nos quedamos solo con unas toallas, y unas ligeras zapatillas de felpa, y pasamos a la zona reservada, donde vimos que ya estaban 4 o 5 parejas.
Nos acomodamos en un amplio sofá, desde donde veíamos lo que se estaba desarrollando en la sala. Al fondo, dos parejas charlaban animadamente, y vimos como a veces, se prodigaban alguna caricia entre ellos…. En el sofá contiguo, una chica le acariciaba la polla a su pareja, sin preocuparse lo mas mínimo de que los estuviéramos mirando Es mas, diría que hacia todo lo posible por dejar una línea directa de visión cada vez que acercaba su boca a la polla de su pareja y pasaba su lengua por la punta, antes de tragársela por completo.”





“A esas alturas, a Jorge se le empezaba a notar la excitación bajo la toalla – dijo María – y yo, instintivamente, pose mi mano sobre su polla, apretándola, sintiendo como crecía por lo que estábamos viendo, por mis caricias, pero sobre todo, por lo que sabíamos que iba a pasar aquella noche. Así que tomando ejemplo de la chica de frente, abrí la toalla de Jorge, tome su polla con mi mano, y comencé a bajar poco a poco mi cabeza por su pecho, su vientre, hasta rozar su capullo con mis labios, y empecé a chapársela, lentamente al principio, golosa…..pero sin olvidar permitir que la pareja que teníamos frente pudiera mirarnos bien. Me sentía muy excitada con eso, con la idea de que mi marido estaba disfrutando de mi mamada, y mirando como la otra chica se la chupaba a su pareja. Y el también….vaya que si se excitaba….lo notaba en esa polla cada vez mas dura y en su mano acariciando mi nuca, al tiempo que la sujetaba, y levantaba levemente las caderas para que entrara toda en mi boca.
Aquella noche acabamos follando en aquel mismo sofá, mirando y siendo observados por los demás, y eso nos excito tanto, que una vez llegados a casa, nos duchamos y continuamos follando en nuestra cama hasta dormirnos totalmente exhaustos.”

Como imaginareis, el relato había levantado en mi algo mas que la curiosidad, aunque dije…Uf…yo no se si podría, y…entonces ocurrió….esa frase…esa frase de mi mujer que lo cambio todo desde ese mismo momento… “Cariño, esas cosas nunca se saben hasta que no se prueban” , pero, lo que mas me sorprendió no fue que dijera eso, si no que, mientras me lo decía a mi, los miraba a ellos….

“Si, claro… - balbucee torpemente, intentando recomponerme de lo que acababa de presenciar. - …todo es cuestión de probar….”

Entonces intervino Jorge y me dijo….”Mira…aun a riesgo de parecer atrevido, y aun a riesgo de que pienses que lo único que intento es algo con tu mujer, me permitiría, si os parece bien, invitaros ahora después a tomar una copa en nuestra habitación, para que podáis comprobar por vosotros mismos de que estamos hablando María y yo exactamente”
Me pillo tan de sorpresa que solo pude mirar a mi mujer…pero antes de que pudiera siquiera preguntarle que le parecía, ella simplemente me dijo…”Si, cariño….si a ti te apetece, a mi también”.
“Ves como te dije que no se podría resistir?” – dijo María mirando a mi mujer- y las dos se echaron a reír…..Y entonces comprendí por que habían tardado tanto en el baño.
Ellas dos se levantaron y nos dijeron..”bueno…mientras os acabáis esa copa, nosotras nos vamos para el hotel, que tenemos que preparar unas cosas”, y después de darnos un beso, se marcharon cuchicheando entre ellas.
Al quedarnos solos, la verdad no sabia que decir. Jorge lo entendió, y me dijo “Vamos, tranquilo…es normal que te sientas un poco cortado. Pero no te preocupes. Mira, para que te sientas mas cómodo, hagamos un trato…simplemente déjate llevar por lo que sientas, por lo que desees en cada momento, sin pensar en nada mas. Aun así, si ves que en algún instante empiezas a sentirte molesto, incomodo o lo que sea, simplemente mírame, y yo lo entenderé, y lo dejaremos sin mas preguntas ni mas explicaciones, te parece?
Yo asentí, y le di las gracias, pero en mi interior, empezaba a sentir que nada de eso iba a pasar, que lo excitante de la situación seria capaz de compensar cualquier timidez por mi parte, y sobre todo, el hecho de que Jorge me inspiraba cada vez mas confianza.

Pedimos la cuenta y nos dirigimos al hotel, intrigados por lo que estarían “preparando” las chicas. Por el camino, Jorge me seguía insistiendo…”tu con total naturalidad, no estés pensando en nada mas que es esta situación que se ha planteado, tranquilo”.

Al llegar al hotel, llame a mi mujer “Donde estas, cariño? – le pregunte- “En la habitación.. – contesto_ Pues ahora mismo subo…..”No, en la nuestra, no…estamos en la de María y Jorge, no tardéis….
Subimos, y Jorge abrió con su tarjeta. Las chicas nos recibieron en ropa interior. Mi mujer tenia una expresión en su mirada que no ofrecía duda alguna de que aquello le producía una sensación muy excitante. Nos invitaron a que nos pusiésemos “cómodos” nosotros también, lo que hicimos en un instante, y mi mujer también pudo comprobar que aquello me excitaba, y no solo en mi mirada.
Jorge, mientras tanto, sirvió unas copas de un Brut que se me antojo delicioso, al refrescar mi mas que seca boca. Brindamos, y entonces María, después de hacer un guiño cómplice a mi mujer, me dijo…”Bueno…ahora puedes mirar sin ningún disimulo… que te parece lo que ves? “. Pues… -empecé a decir - que eres guapísima, María…… Mi mujer entonces se acerco a mi y prácticamente me coloco delante de María, y le dijo ..” …me parece que tendrás que tomar tu la iniciativa, querida….. Mira como tiene la polla – dijo pasando su mano por mi entrepierna – y solo es capaz de decir que eres guapísima.
Como si de una especie de permiso implícito se tratara, aquellas palabras hicieron que María se acercara mas a mi, y tomando entre sus dedos la parte derecha de mi boxer, le dijo a mi mujer…”Ángela, me ayudas a quitar esto, que nos va a estorbar?”.
Y entre las dos terminaron de desnudarme. Luego le toco el turno a Jorge, y nos dijeron que nos sentáramos en la cama con nuestras copas para disfrutar del espectáculo.
Lo que siguió si que no me lo esperaba. Ellas comenzaron a desnudarse, pero una a la otra, acariciándose mutuamente mientras lo hacían, y provocando que casi se me cayera la copa de la mano.
Jamás había imaginado a mi mujer con otra chica…pero allí estaba, abrazando por detrás a María, con sus manos masajeando sus tetas, mirándome fijamente, insinuante.
Luego bajo su mano por el vientre de María, metiendo sus dedos por dentro de la braguita de encaje negro, y acariciando su coño, que se adivinaba delicioso.
Luego termino de desnudar a María, y esta hizo lo propio con ella. Para entonces, nosotros ya no podíamos estarnos mas rato quietos…..
Ellas parecieron adivinar nuestros pensamientos, y se acercaron a nosotros, sentados al borde de la cama….y lentamente, como en una orquestada coreografía, nos fueron quitando los boxer, dejando al descubierto toda nuestra excitación.
“Cariño, - me dijo mi mujer – si no te hubiera visto otras veces así tanbien, diría que es por María que se te ha puesto la polla así de dura. Ven…que habrá que hacer algo al respecto”. Y tomando mi polla con su mano, acerco su boca y comenzó a lamerla lentamente, pasando su lengua por el lateral, subiendo hasta la punta, para meterla en su boca a continuación…. sin olvidar para nada lo que nos habían contado ellos antes, y procurando ofrecer una sugerente panorámica de la mamada a nuestros amigos.
Yo no podía apartar la vista de María, lamiendo la polla de su marido sin parar, procurando que yo lo viera todo, e, incluso, intentando cruzar sus ojos con los míos mientras se la chupaba. Una de las veces que volví la cabeza, casi convulso ya del placer que me proporcionaba mi mujer, mi mirada se cruzo con la de Jorge, que me hizo un gesto como preguntándome que tal me sentía, a lo que yo asentí con un gesto cómplice y ya no pensé en mas que dejarme llevar y disfrutar aquel momento al máximo.

Mi mujer se incorporo un poco, y tomando la mano de María, le dijo…”Ven, …mi marido lleva todo el día sin poder quitarte ojo, y seguro que le va a encantar que ocupes mi lugar, mientras yo pruebo esa rica polla de tu marido.
E, intercambiando sus posiciones, fue ahora María la que se afanaba en meterse toda mi polla en su boca. Mire a mi mujer haciendo lo mismo con Jorge, y me descubrí excitándome mas al verla disfrutar. Como adivinándolo, la mano de mi mujer se fue hasta la cabeza de María, empujándola mas y mas contra mi polla.
Me eche hacia atrás, colocándome completamente tendido en la cama, y tomando las manos de María, la invite a sentarse sobre mi. Ella se coloco a horcajadas sobre mi vientre, rozando mi polla con su coño, mientras iba subiendo, frotándose contra mi pecho hasta dejarlo al alcance de mi boca.
Antes de comenzar a pasar mi lengua por aquel coño tan apetitoso, alcance a ver a mi mujer que parecía mas impaciente que yo, sentándose sobre la polla de Jorge y clavándosela hasta el fondo.
Mi excitación ya no tenia freno, y mi lengua recorría cada rincón del coño de María, que se movía frenética sobre mi cara.
De pronto, mi mujer se levanto, y comenzó a chupar mi polla, al tiempo que Jorge, poniéndose de pie en la cama, ponía la suya al alcance de la boca de su mujer.

Estábamos ya los cuatro muy salvajes, cuando María se incorporo, y tomando a mi mujer de la mano, al recostó sobre la cama, y, colocándose sobre ella, iniciaron un 69 bestial, con unos gemidos que nos electrizaban. Nos quedamos mirándolas un momento, hasta que Jorge se coloco entre las piernas abiertas de mi mujer, acercando la polla a su coño. María, al verlo, comenzó a chuparla, mojándola bien con saliva, y guiándola con su mano hasta dejarla bien dentro…y continuaba lamiéndole el clítoris a mi mujer, que para entonces era un puro grito de placer. Jorge me hizo una indicación, y comprendí inmediatamente lo que quería, así que me coloque detrás de María, mirando excitado como mi mujer le comía su coñito con la voracidad propia de la excitación que tenia.
Acercando mis rodillas, mi polla quedo justo en la entrada de su coño, y ella misma, con su mano, la fue guiando hasta tenerla dentro por completo.
No imagináis que placer sentía al estar follándome a aquella hermosa mujer, mientras la lengua de mi mujer se movía sin cesar desde su clítoris hasta mis huevos.
Los gritos de mi mujer iban en aumento, así como los de María. Tanto a Jorge como a mi, se nos notaba que no podríamos aguantar ya mucho mas….
La primera en correrse fue mi mujer, mientras María no dejaba de lamerla, y la polla de Jorge continuaba entrando y saliendo en ese coño que comenzó a desbordarse de placer…. Le siguió Jorge, que al sentir en su polla las contracciones del coño de Ángela, saco su polla rápidamente, y ofreciéndosela a su mujer, que la esperaba impaciente, comenzó a correrse entre gemidos de placer.
Aun con la polla de su marido en la boca, note como la cara de mi mujer recibía toda la corrida de María, que se retorcía entre espasmos de placer.
Eso fue el detonante para mi, que, sacando mi polla y tomándola con mi mano, comencé a correrme entre sus nalgas, mientras mi mujer, alzando un poco la cabeza, seguía pasando su lengua por su coño y por la punta de mi polla….

Fue un orgasmo colectivo bestial, como no recordaba apenas.
Nos quedamos los cuatro sobre la cama, intentando recomponer la respiración.

Ha sido genial, chicos – dijo mi mujer – Mi marido y yo disfrutamos mucho de nuestra sexualidad, pero el morbo que ha tenido este encuentro…uffffff. No me lo podía imaginar así.
Si, - añadí yo – yo tampoco lo imaginaba asi ni en mis fantasías. Lastima que apenas nos quede un día de vacaciones.
Si…es una lastima, - dijeron ellos- Por cierto, donde vivís?
Nosotros….vivimos en un pueblo de Murcia, y vosotros?
En Caceres- dijo Jorge_ demasiado lejos, verdad?
SI – dije yo – estamos muy lejos para vernos con frecuencia, pero…quizá haya una manera, dejadme que os explique….
Por cierto, creo que aun no me he presentado…me llamo Wyly, y ahora os tengo que dejar. Esta noche hemos quedado con María y Jorge en Paraíso…..:-P


….pero eso es otra historia que quizá os cuente algún día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario